8,1 millones de euros serán destinados para ayudar a los seguros agrarios por medio de la contratación de pólizas de seguros agrarios, realizado en una convocatoria por la Junta de Castilla y León.

Un convenio firmado entre la administración autonómica y agroseguro, Según lo expresado por la junta, se va a simplificar el trámite administrativo, además de triplicar lo concedido hace tres años.

Según un boletín oficial publicado por Castilla y León, el jueves 17 de mayo, asegura que se recoge un incremento del 20 por ciento en los porcentajes de subvención, además de simplificar los trámites administrativos aplicables a las pólizas de distintos cultivos frutícolas.

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¿Qué son los seguros agrarios?

Los seguros agrarios son instrumentos financieros diseñados para cubrir los riesgos asociados a la agricultura. Estos riesgos pueden incluir fenómenos climáticos extremos, como sequías, inundaciones, heladas o granizadas, así como enfermedades de los cultivos, plagas y otros eventos imprevisibles.

Los seguros agrarios brindan una compensación económica a los agricultores cuando se produce un evento cubierto por la póliza, lo que les permite recuperarse de las pérdidas sufridas y continuar con su actividad.

Existen diferentes tipos de seguros agrarios, adaptados a las necesidades específicas de cada región y tipo de cultivo. Algunos de los seguros agrarios más comunes son:

  1. Seguro de cultivos: Este tipo de seguro cubre los daños causados por eventos climáticos adversos, como sequías, inundaciones, tormentas de granizo, heladas, entre otros. Los agricultores pueden asegurar sus cultivos y recibir una indemnización si se produce una pérdida de rendimiento o calidad debido a estos eventos.
  2. Seguro pecuario: Este seguro protege a los ganaderos contra la muerte o enfermedad de su ganado. Puede cubrir diferentes tipos de animales, como vacas, ovejas, cerdos, aves de corral, entre otros. También puede incluir la cobertura de instalaciones ganaderas, como establos o granjas.
  3. Seguro forestal: Este tipo de seguro está dirigido a los propietarios de bosques y plantaciones forestales. Cubre los daños causados por incendios, plagas, enfermedades y otros eventos que puedan afectar la salud y la productividad de los bosques.