Los seguros de catástrofes deben cambiar

Mucho se ha hablado los últimos años acerca de los seguros de catástrofes. ¿Hay aseguradoras que cubren este tipo de riesgos? Bueno, las empresas de seguros, desempeñan un papel determinante en lograr aminorar las grandes pérdidas económicas que se producen tras la ocurrencia de las catástrofes naturales.

Sin embargo, la magnitud de estos acontecimientos hace ver que las coberturas que contemplan los seguros para cubrir las pérdidas, son mínimas. Representan solo una pequeña parte de las grandes pérdidas que ocasionan las catástrofes naturales.

Sin dejar de lado el impacto de las catástrofes naturales en Europa y en especial en España, vale la pena mencionar  algunos eventos hechos acontecidos en América.

En este año por ejemplo, en el Atlántico, la temporada de huracanes fue la de mayor actividad desde hace unos 14 años, esto de acuerdo al Índice de Energía Ciclónica Acumulada. Estos y otros sucesos ocurridos en México, además de las pérdidas humanas representaron pérdidas de miles de millones de dólares.

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Medidas preventivas y seguros de catástrofes

Por lo general, en los países más vulnerables a estos tipos de catástrofes, los diferentes gobiernos disponen de fondos y partidas en el presupuesto para ello. Además, son fijadas exclusivamente para subsanar los daños causados.

En Estados Unidos por ejemplo cuentan con el Programa Nacional de Seguro contra Inundación (National Flood Insurance Program, NFIP por sus siglas en inglés). Este les da la posibilidad tanto a los propietarios como a los inquilinos de viviendas, a contratar un seguro contra inundaciones. Además cuentan con el apoyo del Gobierno Federal.

Asimismo, existe el Fonden el México, Fondo para Desastres Naturales, el cual contempla cobertura para mitigar los daños causados por catástrofes imposibles de predecir.

Seguros de catástrofes y su relevancia

Estas garantías del estado, complementan a los seguros tradicionales. Sin embargo, no cubren, las pérdidas por daños materiales. Por lo que la idea de los seguros de catástrofes queda un poco escueta.

En el Caribe por ejemplo, hubo una pérdida de 10.000 y 20.000 millones de dólares asegurados, por los daños que produjo “Irma”. Mientras las pérdidas alcanzaron de 25.000 a 45.000 millones de dólares. Alcanza para cubrir poco menos de la mitad del total de daños ocasionados por la catástrofe.

Por otra parte, En Puerto Rico y en República Dominicana, el huracán María, igualmente produjo grande pérdidas donde estaban aseguradas por una cifra de 15.000 y30.000 millones de dólares. Pero las pérdidas la superaron en un 50%. Los daños totales, según indica el RMS, alcanzaron u total de 30.oooa 60.000 millones de $.

Mientras que en México, Los sismos de CHiapa y Puebla también tuvieron un fuerte impacto. Según la firma AIR Worldwide, quien realiza modelado de riesgos catastróficos, las pérdidas aseguradas se situaron entre 1.500 y 3.000 millones de dólares. Sin embargo, en estos casos no cubrió ni siquiera el 25% del total de pérdidas en la región.

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Las catástrofes en España

Muy similar a como ocurre en otros países, también se presentan este tipo de situaciones en España. Las coberturas aseguradas de daños generados por catástrofes naturales son insuficientes. A pesar de que España dispone de uno de los mejores sistemas aseguradores.

En este caso, es El Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), el que se encarga de prestar este servicio al sector asegurador.  El CCS, se encarga de subsanar los daños causados por las catástrofes naturales. Así como también todos aquellos que son generados por hechos políticos o sociales.

Con la condición, que las personas o los bienes que son afectados por este tipo de fenómenos sean suscriptores de un seguro particular.

Por ejemplo, el terremoto de Lorca en ocurrido en 2011, dejó pérdidas materiales por el orden de los 1.000 millones de euros. El CCS en esa oportunidad cubrió un poco más de 500 millones. El otro 50% no tenía cobertura.

Un acontecimiento más reciente fue la Gota Fría, una de las catástrofes más recientes que han ocurrido y también una de las más costosas para las compañías aseguradoras.  El CCS estimó pérdidas por 445 millones de euros.

Como consecuencia de 65.000  siniestro que fueron provocados por la Gota Fría (DANA). Todos ellos ocurridos en la segunda semana del mes de septiembre. Esta cifra, representa la más alta después de lo que implicaron las pérdidas de las inundaciones en País Vasco en 1983

Según Francisco Espejo, entre las regiones más afectadas se encuentran Murcia y las regiones de Alicante. El sector asegurador se vio fuertemente impactado por estos eventos, debido a la magnitud de pérdidas económicas. Pues es el segundo evento catastrófico más costoso para el sector, y el más impactante para España en su historia reciente.

Las pérdidas de los seguros de catástrofes

Por otra parte, a nivel mundial, las pérdidas de las compañías aseguradoras en el período 2017 – 2018, alcanzaron la cifra de 219.000 millones de dólares. Y con ello se cubrió únicamente un 30% del total de daños que generaron los desastres naturales.

Así lo afirma Santiago Aréchaga  “Ha sido el peor bienio de la historia para el sector asegurador”. Cabe destacar que Aréchaga es Consejero delegado en España y Portugal de Swiss Re.

Las catástrofes naturales cada vez tienen mayor intensidad, por lo tanto los daños ocasionados también aumentan significativamente. Algo que además es confirmado en el informe realizado por la empresa aseguradora AIG. Razón por la cual es ineludible, protegerse de los riesgos medio ambientales y los daños que ocasionan.

Es probable pero con  baja probabilidad, predecir la ocurrencia de las catástrofes naturales a nivel mundial, para determinar con exactitud los daños que ocasionarán. A pesar del avance en las investigaciones y las medidas preventivas para evitar grandes daños a personas y bienes materiales.

Por lo tanto, se hace necesario, desarrollar un modelo que reduzca el impacto económico ante la sociedad. Así mismo de parte de los seguros de catástrofes conviene hacer el cálculo de las primas en relación a las probabilidades de ocurrencia de los siniestros. Sn embargo, con el cambio climático, es muy difícil predecir y mucho menos calcular los daños que ocasionarán.

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