Las compañías de seguros se han mantenido prestando beneficios y generando empleos y no han registrado ningún quiebre ante una crisis económica, a pesar que tanto bancos, como aseguradoras tienen algo de parecido, pues estos perciben recursos de los clientes para ofrecer prestaciones financieras, las cuales tienen una fuerte regulación, invierten bastante en deudas públicas, a un que su comportamiento es totalmente opuesto ante una crisis económica. Dado que las compañías aseguradoras cobran por adelantado una prima, para estos así cubrir un improvisto o riesgo futuro del asegurado.

El funcionamiento de los bancos es casi contrario al de las aseguradoras pues estos entregan primero el dinero, tras comparar el riesgo del crédito estos tratan de recuperar el dinero financiado a lo largo de los años.

Según últimos informes del Banco de España la lista de instituciones bancarias que han requerido dinero público son interminables y poder rescatar las antiguas cajas de ahorros le ha costado más de 60.000 millones de euros al Banco de España.

Según Sergio Álvarez Camiña responsable de la dirección general de Seguros y Fondos de Pensiones, señala que solo hay tres maneras para que una Compañía Aseguradora quiebre “por problemas de control interno, una mala política de inversión y un mal diseño de productos con inversiones desacopladas con sus compromisos futuros de pago”

En la historia de las aseguradoras la única razón por la cual estas se han visto en necesidad de intervención ha sido por, una mala política de inversión, la cual se ha dado como única vez tras la crisis económica que afecto a España.

Una fortaleza que el sector asegurador posee es su prudente política de inversiones, la cual ha logrado obtener el mejor resultado en las últimas test de estrés realizados por el responsable del departamento de economía de Unespa